Washington, D.C. – Congresswoman Julia Brownley (D-Westlake Village) today issued the following statement regarding the Trump Administration’s decision to end Temporary Protected Status for Salvadorans:

“The Trump Administration’s decision today to revoke legal status for an estimated 200,000 Salvadorans is just another example of why it is critically necessary for Congress to move forward on humane and comprehensive immigration reform. Many Salvadorans fled their country in 2001 after it was devastated by two earthquakes, and they have since lived and worked legally in the United States for nearly two decades. They have put down roots here, started families, bought homes, and contributed to the U.S. economy. Forcing them to go back to a nation that is ill-equipped for their return is heartless and could potentially destabilize the region, as well as disrupt our own economy.

“Just like our Dreamers, these families are deeply integrated into the fabric of America. It is long past time that we pass comprehensive immigration reform that reflects our shared values as a nation, especially the importance of keeping families and communities together. We need a more humane immigration system that promotes economic competitiveness, recognizes our strength as a nation founded by and built by immigrants, recognizes our role as humanitarian leaders in the world, and provides for effective border security and consistent enforcement of our laws.”


Washington, D.C. – La congresista Julia Brownley (D-Westlake Village) emitió hoy el siguiente comunicado con respecto a la decisión de la administración del Presidente Trump de cancelar el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en ingles) para salvadoreños:

“La decisión de la administración Trump de revocar el estatus legal de aproximadamente 200,000 salvadoreños es solo otro ejemplo de por qué es críticamente necesario que el Congreso avance una reforma migratoria comprensiva y humana. Muchos salvadoreños huyeron su país en 2001 después de que fue destruido por dos terremotos mortales, y desde entonces han vivido y trabajado legalmente en los Estados Unidos por más de dos décadas. Han hecho raíces aquí, han criado familias, han comprado casas y han contribuido a la economía de los EE. UU. Obligarlos a regresar a una nación que está mal equipada para el regreso de estas personas es cruel y podría potencialmente desestabilizar la región, y también impactar negativamente nuestra propia economía nacional.

“Al igual que nuestros Soñadores (los Dreamers), estas familias están profundamente integradas en nuestro país. Ya es hora de que aprobemos una reforma migratoria comprensiva que refleje nuestros valores comunes como una nación, especialmente la importancia de mantener a las familias y comunidades unidas. Necesitamos un sistema de inmigración más humano que promueva una economía competitiva, reconoce nuestra fortaleza como una nación fundada y construida por inmigrantes, reconoce nuestro papel como líder humanitaria mundial, y proporciona una seguridad fronteriza efectiva y la ejecución consistente de nuestras leyes.”

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